El presidente Donald Trump ha culpado a los demócratas por el estancamiento, mientras aprovecha la situación para amenazar con recortes permanentes a agencias federales y despidos masivos. La parálisis se originó por un profundo desacuerdo entre republicanos y demócratas en el Senado. Mientras los republicanos proponían una extensión temporal del presupuesto actual, los demócratas exigían la restitución de subsidios para el programa de salud conocido como Obamacare. Al no alcanzar los 60 votos necesarios, la financiación federal expiró, obligando a las agencias a activar sus planes de cierre.

Las consecuencias son inmediatas: unos 750.000 empleados federales han sido suspendidos temporalmente sin sueldo, y servicios considerados "no esenciales", como la operación completa de parques nacionales y museos, se han visto interrumpidos.

La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que la parálisis podría costar 400 millones de dólares diarios en pérdida de ingresos para los trabajadores.

El presidente Trump ha adoptado una postura combativa, calificando el cierre como una "oportunidad sin precedentes" para reestructurar el gobierno.

"Me reuniré hoy con Russ Vought (...) para determinar cuáles de las muchas agencias demócratas, la mayoría de las cuales son una estafa política, recomienda recortar", publicó en su red social. Además, amenazó con que los despidos podrían ser permanentes y afectar a "miles" de personas, principalmente de filiación demócrata, lo que ha sido denunciado por la oposición como una instrumentalización política de la crisis.