Sin embargo, la medida ha encontrado una resistencia significativa. En Portland, Oregón, una jueza federal bloqueó temporalmente una orden de despliegue similar, lo que representa un revés judicial para la Casa Blanca. Además, el estado de Oregón y la ciudad de Portland presentaron una demanda conjunta contra la administración Trump, calificando la intervención de “provocadora y arbitraria”. Autoridades locales, como el gobernador de Illinois, J. B. Pritzker, también han manifestado sus objeciones.

Críticos argumentan que estas acciones rompen con la tradición estadounidense que prohíbe el uso de militares en asuntos domésticos y las consideran un espectáculo político para proyectar una imagen de fuerza.