En una declaración, afirmó que el cierre le brinda una “oportunidad sin precedentes” y se reunió con su director de presupuesto, Russell Vought, para identificar “cuáles de las muchas agencias demócratas” podrían ser recortadas.

Además, advirtió sobre despidos masivos, declarando que los afectados “serán demócratas”.

El impacto económico es considerable, con aproximadamente 750.000 empleados federales suspendidos temporalmente y pérdidas de ingresos estimadas en 400 millones de dólares diarios. Servicios no esenciales como parques nacionales y museos se han visto afectados, y la incertidumbre amenaza con perturbar el tráfico aéreo y el pago de ayudas sociales. El último cierre prolongado, que duró 35 días entre 2018 y 2019, redujo el Producto Interno Bruto en unos 11.000 millones de dólares, lo que subraya los altos riesgos económicos y políticos de la parálisis actual.