El cierre, el primero en casi siete años, se originó por un punto muerto en las negociaciones sobre la financiación federal.
Mientras los republicanos proponían una extensión temporal del presupuesto, los demócratas condicionaron su apoyo a la restitución de subsidios de salud del Affordable Care Act (Obamacare), recortados por la administración Trump.
Ambos partidos se culpan mutuamente por la crisis.
El presidente Trump calificó el cierre como una "oportunidad sin precedentes" para desmantelar lo que él denomina "agencias demócratas" y amenazó con despidos masivos.
La Casa Blanca incluso publicó un mensaje en su sitio web culpando a la "izquierda radical".
La parálisis afecta a más de 750.000 empleados federales, con una pérdida estimada de 400 millones de dólares diarios en salarios.
Aunque servicios esenciales como la seguridad aeroportuaria continúan, los trabajadores no recibirán su pago hasta que se resuelva el conflicto.
La Embajada de EE.
UU. en Colombia informó que los servicios consulares continuarían "según lo permita la situación", pero suspenderían sus actualizaciones en redes sociales.
La duración del cierre es incierta y genera preocupación por su impacto económico, con analistas proyectando una reducción del crecimiento del PIB por cada semana que se prolongue.












