La justificación oficial de Washington es la lucha contra el narcotráfico en la región.

Sin embargo, el presidente Trump ha señalado directamente a Venezuela, afirmando que "ha sido muy peligrosa con las drogas".

Esta operación militar, aunque representa un costo mínimo para el presupuesto del Pentágono, busca contrarrestar una economía ilícita que, según los informes, genera miles de millones de dólares. En respuesta, el presidente Nicolás Maduro firmó un decreto de "conmoción externa", un estado de excepción que le concede "plenas facultades" para desplegar a la Fuerza Armada, tomar control militar de infraestructuras estratégicas y cerrar fronteras. La vicepresidenta Delcy Rodríguez declaró que el decreto se activaría "de manera inmediata" ante cualquier agresión.

Maduro ha advertido que una intervención militar estadounidense podría desencadenar "una guerra de proporciones continentales". La situación ha sido interpretada por varios líderes latinoamericanos, como el expresidente boliviano Evo Morales, como una amenaza a la soberanía venezolana, advirtiendo que Venezuela podría convertirse en un "segundo Vietnam" para Estados Unidos.

La escalada de tensiones reconfigura el tablero geopolítico regional.