Posteriormente, una Autoridad Palestina "reformada" asumiría el control.

Trump dio a Hamás un ultimátum de "tres o cuatro días" para aceptar la propuesta, advirtiendo que, si la rechazan, "lo pagará con el infierno" y Estados Unidos apoyará a Israel para que "termine el trabajo". Netanyahu respaldó el plan, afirmando que "logra nuestros objetivos bélicos", pero insistió en que el ejército israelí permanecerá en gran parte de Gaza y negó haber acordado la creación de un Estado palestino.

La iniciativa ha recibido el apoyo de varios países árabes, musulmanes y europeos, aunque Hamás aún no ha dado una respuesta oficial.