Trump respaldó esta visión, declarando que Estados Unidos enfrenta una “invasión desde dentro” por parte de migrantes y criminales, y que ciudades “peligrosas” como San Francisco y Chicago serían utilizadas como “campo de entrenamiento militar”.

En el ámbito internacional, Trump mencionó específicamente a Venezuela, afirmando que el país “ha sido muy peligroso con las drogas” y que su administración está “restableciendo el necesario enfoque en derrotar las amenazas en el hemisferio occidental”. El mandatario no descartó la posibilidad de realizar ataques en territorio venezolano. En la misma reunión, Trump se comprometió a gastar un billón de dólares en las fuerzas armadas en 2026, mientras Hegseth instaba a los generales a “prepararse para la guerra”.