En una serie de publicaciones en su red social Truth Social, Trump detalló la ofensiva arancelaria. Anunció un arancel del 100 % a “cualquier producto farmacéutico de marca o patentado”, con la exención para empresas que estén construyendo plantas de fabricación en Estados Unidos. De igual forma, impuso un arancel del 100 % a todas las películas producidas fuera del país para “proteger el negocio cinematográfico estadounidense”. Adicionalmente, se estableció un arancel del 25 % sobre todos los camiones pesados ensamblados en el extranjero, justificándolo por razones de “seguridad nacional” tras una investigación de la Sección 232. El sector de muebles y remodelación del hogar también fue afectado, con un arancel del 50 % sobre gabinetes de cocina y tocadores de baño, y del 30 % sobre muebles tapizados. Estas acciones forman parte de la estrategia “America First” de Trump, que busca reducir el déficit comercial de Estados Unidos y forzar el regreso de la manufactura al país. La política se opone directamente al modelo de economía abierta y dependiente de las importaciones que ha caracterizado a Estados Unidos en las últimas décadas, reavivando los temores sobre un aumento de la inflación y la tensión en las relaciones comerciales con sus socios globales.