Estados Unidos está negociando una línea de ‘swap’ de 20.000 millones de dólares y se ha mostrado dispuesto a comprar deuda argentina para estabilizar la golpeada economía del país sudamericano.
El anuncio fue hecho por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien afirmó que “todas las opciones están sobre la mesa” y que su departamento estaba “listo para hacer lo que sea necesario” para apoyar a Argentina.
El respaldo se concretó durante un encuentro entre Trump y Milei en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Tras la reunión, Trump elogió a Milei como “un líder verdaderamente fantástico y poderoso”, asegurando que “heredó un total desastre” y lo está revirtiendo “a una velocidad récord”. Aunque Trump evitó calificar la ayuda como un rescate tradicional, afirmando que no creía que Argentina lo necesitara porque Milei “ha hecho un trabajo fantástico”, el apoyo financiero es visto como crucial para un país que enfrenta serias presiones cambiarias y vencimientos de deuda.
La reacción de los mercados fue inmediata, con el peso argentino fortaleciéndose y los bonos soberanos repuntando.
Sin embargo, la medida ha generado críticas en Estados Unidos.
La senadora demócrata Elisabeth Warren expresó su preocupación por arriesgar “el dinero de los contribuyentes estadounidenses en un país con un largo historial de defaults”. Productores de soja estadounidenses también protestaron, considerando el rescate un “subsidio indirecto” a un competidor directo, especialmente después de que Milei eliminara las retenciones a las exportaciones agrícolas.












