Trump celebró la noticia en su red social, calificando a Comey como “uno de los peores seres humanos” y “exjefe corrupto del FBI”.

Por su parte, Comey se declaró inocente y afirmó: “Mi familia y yo sabemos desde hace años que enfrentarse a Donald Trump tiene un precio”.

La acusación fue presentada por la fiscal federal Lindsey Halligan, una exabogada personal de Trump nombrada recientemente para el cargo, después de que el fiscal anterior, Erik Siebert, dimitiera tras concluir que no había pruebas suficientes para imputar a Comey. Este hecho ha sido condenado por líderes demócratas; Hakeem Jeffries lo calificó como “un ataque vergonzoso al estado de derecho”, mientras que el senador Mark Warner acusó a Trump de intentar “convertir nuestro sistema judicial en un arma para castigar y silenciar a sus críticos”. La fiscal general Pam Bondi defendió la imputación, declarando que “nadie está por encima de la ley” y que la acción refleja el compromiso de responsabilizar a quienes abusan de sus posiciones de poder.