El propio Trump mencionó a magnates como Rupert Murdoch y Larry Ellison como “patriotas” interesados en la compra.

Un punto clave de la negociación es que el gobierno de EE.

UU. no tendrá una “acción de oro” o participación accionaria directa, una concesión que ayudó a destrabar las conversaciones con China.

Sin embargo, el control operativo y la mayoría del directorio recaerán en inversores estadounidenses.

Además, el algoritmo de recomendaciones de la plataforma deberá ser “reentrenado” bajo la supervisión de socios de seguridad de EE.

UU.

El presidente Trump afirmó haber discutido el plan con su homólogo chino, Xi Jinping, quien, según él, dio su aprobación.

Con la firma de la orden, se abre un plazo de 120 días para formalizar los contratos y obtener las aprobaciones regulatorias finales tanto en Estados Unidos como en China.