Esta declaración se produce después de que fuerzas estadounidenses destruyeran al menos tres embarcaciones en las últimas semanas, causando la muerte de al menos 17 personas, según las cifras oficiales de Washington. La Casa Blanca ha justificado estas acciones como parte de su estrategia antidrogas, vinculando las lanchas a organizaciones como el Tren de Aragua. Sin embargo, el presidente Petro ha rebatido esta versión de manera contundente.
En su intervención ante la ONU, Petro afirmó que las víctimas no eran narcotraficantes, sino “simples jóvenes pobres de la América Latina que no tienen otra opción” y que posiblemente algunos eran colombianos. Calificó los ataques como violatorios del derecho internacional y exigió que se investigue a los funcionarios responsables, “así se incluya al funcionario mayor que dio la orden, el presidente Trump”.
Esta confrontación directa agrava las ya tensas relaciones entre ambos gobiernos, especialmente después de que EE.
UU. retirara a Colombia la certificación en la lucha antidrogas.












