El punto de mayor tensión llegó cuando Petro exigió abrir un proceso penal contra funcionarios estadounidenses, incluido el presidente Trump, por los ataques a embarcaciones en el Caribe, donde, según él, murieron “jóvenes pobres” y no narcotraficantes. “Trump no solo deja que caigan misiles contra los jóvenes en el Caribe... se hace cómplice del genicidio”, afirmó Petro, comparando la situación con la guerra en Gaza. En respuesta a estas declaraciones, la delegación estadounidense, que incluía al delegado permanente Mike Waltz, abandonó la sala.

Posteriormente, un portavoz del Departamento de Estado declaró que “las acciones de nuestra delegación este martes hablan por sí mismas”.

El episodio evidencia el profundo deterioro en las relaciones entre los dos históricos aliados y la creciente distancia entre las administraciones de Petro y Trump.