En su regreso a la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente Donald Trump pronunció un discurso desafiante en el que cuestionó la eficacia del organismo, defendió sus políticas de “América Primero” y arremetió contra la migración, la energía renovable y las instituciones globales. El mandatario aseguró haber puesto fin a siete guerras en siete meses sin recibir ayuda de la ONU, lo que lo llevó a preguntar: “¿cuál es la utilidad de Naciones Unidas?”. Trump afirmó que el organismo se limita a emitir comunicados “con palabras vacías” y que no está a la altura de su potencial. En materia de política exterior, se mostró comprometido con negociar un alto el fuego en Gaza, pero rechazó el reconocimiento unilateral de un Estado palestino, calificándolo como una “recompensa” para los “terroristas de Hamás”.
Sobre Ucrania, sostuvo que la guerra no habría ocurrido bajo su liderazgo y amenazó a Rusia con aranceles si no se alcanza un acuerdo.
En cuanto a la migración, Trump presumió de haber reducido a cero el ingreso de inmigrantes ilegales en los últimos cuatro meses y acusó a la ONU de financiar un “ataque a los países occidentales y sus fronteras” al destinar fondos para asistir a migrantes. Advirtió que la inmigración descontrolada será “la muerte de Europa occidental”.
También calificó el cambio climático como “la mayor estafa perpetrada nunca” y criticó las energías renovables por no ser funcionales. El discurso, que también estuvo marcado por quejas sobre fallas técnicas como una escalera mecánica y un teleprompter, reforzó su visión nacionalista y su escepticismo hacia el multilateralismo.
En resumenEl discurso de Donald Trump en la ONU reafirmó su postura aislacionista y su desdén por las instituciones multilaterales, enfocándose en la soberanía nacional y criticando duramente las políticas globales sobre migración, clima y seguridad.