Esta decisión fue impulsada por figuras clave del gobierno, incluido el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr. El anuncio formal indica que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) notificará a los médicos que el uso de este popular analgésico durante el embarazo puede estar asociado con un "riesgo muy elevado de autismo". El propio presidente Trump insinuó la medida en actos públicos, llegando a declarar: "Creo que hemos encontrado una solución al autismo". Según los informes, la decisión se basa en revisiones internas de estudios previos, como una investigación de la Universidad de Harvard y el Hospital Monte Sinaí. La medida ha sido criticada porque el acetaminofén es considerado seguro por las principales guías médicas internacionales para aliviar el dolor y la fiebre en mujeres embarazadas. La comunidad científica mayoritariamente considera que el autismo es un trastorno complejo influenciado principalmente por factores genéticos. Además del aviso sobre el Tylenol, el gobierno planea promover investigaciones sobre la leucovorina, un fármaco contra el cáncer, como un posible tratamiento para el autismo, basándose en ensayos clínicos preliminares.