Su defensa de los combustibles fósiles tradicionales se alinea con su agenda de “América Primero” y lo contrapone a líderes como Gustavo Petro, quien advirtió sobre un inminente colapso planetario. Trump declaró que su administración se está “deshaciendo de las falsamente llamadas energías renovables” porque, en su opinión, “no funcionan”.
Criticó específicamente los molinos de viento, calificándolos como “patéticos y costosos” y “la energía más cara jamás concebida”.
Además, insinuó que su proliferación beneficia a China, afirmando que “la mayoría se construyen en China”, un país que, según él, apenas los utiliza y prefiere el carbón y el gas.
Para Trump, la agenda verde está llevando a algunos países europeos “al borde de la destrucción”.
Concluyó su intervención sobre este tema con un mensaje claro a los líderes mundiales: “Se necesitan fronteras fuertes y fuentes de energía tradicionales para volver a ser grandes”.
Esta postura choca directamente con la del presidente Petro, quien en el mismo foro advirtió que la humanidad tiene solo “10 años para caer en un punto de no retorno” que hará “irreversible la extinción de la vida”.
Petro instó a abandonar rápidamente el carbón, el petróleo y el gas para transitar hacia energías limpias.












