Además, se han reportado numerosos despidos de empleados en diversas empresas y universidades por publicaciones en redes sociales que criticaban a Kirk o celebraban su muerte.

En este clima, figuras como el vicepresidente J.D. Vance han instado a los ciudadanos a denunciar a estas personas ante sus empleadores.

La situación ha generado un intenso debate sobre la llamada “cultura de la cancelación”, que ahora parece ser ejercida por sectores conservadores con el respaldo del poder político. Críticos advierten sobre la configuración de un sistema de censura indirecta, donde las amenazas regulatorias y las presiones corporativas silencian las voces disidentes. Mientras tanto, la fiscalía de Utah ha anunciado que buscará la pena de muerte para el presunto asesino, Tyler Robinson, de 22 años, quien habría dejado una nota manifestando su intención de “eliminar a Charlie Kirk”.