La medida se aplica únicamente a las nuevas peticiones y no afectará a quienes ya poseen una visa H-1B vigente ni a las solicitudes de renovación.

La administración argumenta que esta reforma busca garantizar que el programa atraiga solo a “los mejores y más brillantes” talentos del mundo.

Sin embargo, la decisión ha generado una fuerte controversia.

Empresas del sector tecnológico como Google, Amazon y Microsoft, que dependen en gran medida de este programa para reclutar talento global, han advertido que el costo podría ser devastador, especialmente para startups y compañías emergentes. Organizaciones de la industria, tanto en Estados Unidos como en países como India —el mayor beneficiario histórico del programa—, han expresado su preocupación por el impacto en la innovación y la competitividad. Críticos señalan que la medida podría provocar una “fuga de talento” hacia otros mercados como Europa o Asia, perjudicando a la economía estadounidense a largo plazo.