Esta operación ha incluido ataques directos a embarcaciones, que según Trump, transportaban "narcoterroristas".

El mandatario ha confirmado la destrucción de al menos tres lanchas, resultando en la muerte de más de una docena de personas, y ha advertido con tono beligerante: “¡Atención!

Si transporta drogas que pueden matar a estadounidenses, ¡te vamos a cazar!”.

Desde Caracas, la respuesta ha sido contundente.

El gobierno de Nicolás Maduro ha calificado las acciones estadounidenses como una “guerra no declarada”, “crímenes de lesa humanidad” y un intento de forzar un “cambio de régimen”.

En respuesta, Venezuela ha realizado sus propios ejercicios militares, denominados “Operación Caribe Soberano 200”, y ha elevado el caso ante las Naciones Unidas.

En el plano diplomático, Maduro intentó un acercamiento mediante una carta enviada a Trump, en la que negaba los vínculos con el narcotráfico y proponía un diálogo directo.

Sin embargo, la Casa Blanca rechazó la misiva, calificándola de contener “muchas mentiras” y reafirmando que considera al gobierno de Maduro como “ilegítimo”. La tensión se ha intensificado aún más con la amenaza de Trump de imponer “consecuencias incalculables” si Venezuela no acepta la deportación de migrantes, a quienes describió como “presos y personas de instituciones mentales”.