Durante su estancia de dos días, Trump fue recibido por el rey Carlos III en el Castillo de Windsor y mantuvo reuniones clave con el primer ministro Keir Starmer. El resultado más destacado fue el anuncio de un programa de inversión transatlántica de 250.000 millones de libras, que incluye 150.000 millones de libras de inversión estadounidense en el Reino Unido. Además, se firmó un memorando de cooperación en ciencia y tecnología que abarca áreas como inteligencia artificial, semiconductores, computación cuántica y el desarrollo de energía nuclear. Un punto central fue el lanzamiento de la “Atlantic Partnership for Advanced Nuclear Energy”, una alianza para acelerar la construcción de reactores nucleares en ambos países mediante la homologación de estándares y la reducción de tiempos regulatorios. La visita no estuvo exenta de controversia, ya que miles de personas protestaron en Londres y Windsor. En un incidente notorio, cuatro personas fueron arrestadas por proyectar una imagen de Trump junto a Jeffrey Epstein en una torre del Castillo de Windsor. A pesar de las protestas y las diferencias persistentes en temas como Ucrania e Israel, ambos líderes destacaron la fortaleza de la alianza bilateral, buscando consolidar la posición del Reino Unido como un líder tecnológico y energético post-Brexit.