En el plano diplomático, el encuentro con el primer ministro Keir Starmer fue el punto central.

Ambos líderes anunciaron un paquete de inversión de 250.000 millones de libras, de los cuales 150.000 millones provendrán de Estados Unidos hacia el Reino Unido. Además, firmaron un memorando de entendimiento para la cooperación en áreas clave como la inteligencia artificial, la computación cuántica y el desarrollo de energía nuclear. A pesar de los logros económicos, la visita se desarrolló bajo un tenso telón de fondo por diferencias persistentes sobre la guerra en Ucrania e Israel.

Todos los actos oficiales del presidente y su esposa fueron programados a puerta cerrada para evitar las multitudes que protestaban.