El presidente Donald Trump realizó su segunda visita de Estado al Reino Unido, donde fue recibido por la realeza británica en un hecho histórico y se reunió con el primer ministro Keir Starmer para fortalecer lazos bilaterales. El viaje, enfocado en cerrar acuerdos estratégicos en tecnología y energía, estuvo marcado tanto por el alto nivel diplomático como por la controversia y las protestas de activistas. Durante su visita en septiembre de 2025, Trump se convirtió en el primer mandatario extranjero en ser recibido dos veces en visita de Estado por la realeza británica, un gesto que subraya la importancia de la alianza entre ambas naciones. La agenda se centró en la firma de ambiciosos acuerdos, incluyendo la “Atlantic Partnership for Advanced Nuclear Energy” para acelerar la construcción de reactores nucleares, y una asociación global en tecnología que abarca inteligencia artificial, semiconductores y computación cuántica.
El objetivo era consolidar la posición del Reino Unido como líder tecnológico y atraer inversión estadounidense.
Sin embargo, la visita no estuvo exenta de polémica. Un grupo de activistas británicos proyectó imágenes de Trump junto al delincuente sexual Jeffrey Epstein en el Castillo de Windsor, generando una considerable controversia.
Además, se esperaban protestas en el país por la llegada del presidente y su esposa, reflejando la división que su figura genera en la opinión pública británica. El viaje también se vio afectado por la destitución del embajador británico en Washington, Peter Mandelson, debido a la revelación de nueva información sobre sus vínculos con Epstein.
En resumenLa segunda visita de Estado de Trump al Reino Unido buscó consolidar una alianza estratégica post-Brexit mediante acuerdos clave en energía y tecnología. A pesar de los honores reales y los avances diplomáticos, la visita estuvo rodeada de controversias, desde protestas públicas hasta la destitución del embajador británico, evidenciando las tensiones que acompañan su presidencia en el escenario internacional.