En un mensaje directo a los residentes y negocios de la ciudad, aseguró: “No se preocupen, estoy con ustedes y no permitiré que esto suceda.

¡Si es necesario declararé una emergencia nacional y federalizaré!!!”.

Esta amenaza no es un hecho aislado.

Se produce en el contexto de una reciente intervención federal en la ciudad, cuando Trump ordenó el despliegue de la Guardia Nacional durante 30 días para combatir la delincuencia, argumentando que Washington se había convertido en una de las ciudades más peligrosas del mundo. Según el mandatario, esta “toma de control” fue un éxito que redujo el crimen y revitalizó la economía local. El enfrentamiento con la alcaldesa Bowser es emblemático de la estrategia más amplia de la administración Trump contra las llamadas “ciudades santuario”, que limitan su cooperación con las autoridades federales de inmigración. La amenaza de federalizar la policía local representa un paso significativo en esta confrontación, utilizando el poder ejecutivo para anular las decisiones de gobiernos locales democráticamente elegidos.