El acuerdo llega en un momento crítico, justo días antes de que venciera el plazo final impuesto por Washington para que ByteDance, la empresa matriz china de TikTok, vendiera sus operaciones en EE.
UU.
El propio Trump insinuó el logro en su red social, Truth Social, aludiendo a que se había llegado a un acuerdo sobre “una empresa que los jóvenes de nuestro país querían salvar”. El pacto definitivo depende de la confirmación en una reunión virtual programada para el viernes entre Trump y el presidente chino, Xi Jinping. La presión para la venta de TikTok se originó en una ley bipartidista del Congreso, que citaba riesgos de que el Partido Comunista de China pudiera utilizar la plataforma para propaganda y espionaje. A pesar de estas preocupaciones, Trump se había mostrado reacio a una prohibición total, reconociendo el impacto movilizador de la aplicación, especialmente entre los jóvenes. Este avance se enmarca en una compleja ronda de negociaciones comerciales que también busca aliviar la guerra arancelaria entre las dos mayores economías del mundo.












