Cuando la prensa le preguntó directamente si estaba listo para aplicar más sanciones, Trump respondió de manera afirmativa y concisa: “Sí, lo estoy”, aunque no proporcionó más detalles en ese momento.

Esta postura refleja una creciente frustración de la administración con el conflicto.

Según los informes, Trump ha actuado como mediador en la tregua entre Rusia y Ucrania, la cual ha permanecido estancada durante meses. Un artículo señala que al presidente se le está “agotando la paciencia con Vladimir Putin” y que ha puesto sobre la mesa la posibilidad de sancionar el petróleo ruso. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, expresó su confianza en una “respuesta contundente” de Estados Unidos tras el ataque, subrayando la importancia de una reacción global aliada. La disposición de Trump a aumentar la presión sobre Moscú marca un posible punto de inflexión en la estrategia estadounidense frente a la prolongada guerra en Europa del Este.