El presidente ha extendido esta retórica a otras ciudades, describiendo a Chicago como “un lugar muy peligroso” y afirmando que podría “resolver el problema muy rápidamente”.

Trump ha utilizado las redes sociales para reforzar su mensaje, parodiando la película ‘Apocalypse Now’ con frases como “Me encanta el olor de las deportaciones en la mañana” y declarando que Chicago está “a punto de descubrir por qué se llama Departamento de GUERRA”, en alusión a su orden de cambiar el nombre del Departamento de Defensa.

Estas amenazas han sido recibidas con una fuerte oposición local.

El gobernador de Illinois anticipó una posible batalla judicial, y el alcalde de Baltimore, otra ciudad señalada por Trump, rechazó la idea de una intervención federal afirmando: “No necesitamos una ocupación”. Esta estrategia ha sido calificada por la oposición demócrata como la de un “dictador en potencia”.