La ofensiva también es diplomática y financiera; la recompensa por la captura de Maduro se ha duplicado a 50 millones de dólares.

El secretario de Guerra, Pete Hegseth, afirmó que “Maduro está involucrado en el narcotráfico” y tiene “muchas decisiones que tomar”. En respuesta, Maduro ha calificado el despliegue como una “amenaza directa” y ha ordenado la movilización de milicias, declarando que el país está preparado para la “lucha armada, si fuese necesario”.