Trump instó a Hegseth a buscar la legislación necesaria para hacer el cambio permanente. La decisión revierte el cambio de nombre realizado tras la Segunda Guerra Mundial, que buscaba enfatizar el rol del Pentágono en la prevención de conflictos. Según la administración, este regreso al nombre original tiene como objetivo restaurar un "espíritu guerrero" y enviar un "mensaje de victoria" al mundo, evocando una era de triunfos militares estadounidenses. La medida se alinea con una retórica de poderío y confrontación que ha caracterizado a la presidencia de Trump, especialmente en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas.