Sin embargo, varios artículos destacaron un cambio en el discurso oficial.

Tanto el presidente Trump como el secretario de Guerra, Pete Hegseth, adoptaron una retórica que subrayaba las amenazas persistentes y el poderío militar estadounidense, en contraste con los mensajes de unidad y resiliencia de años anteriores. La conmemoración de este año se desarrolló en un ambiente político particularmente tenso, ensombrecido por el reciente asesinato del activista conservador Charlie Kirk, un suceso que fue mencionado en varios reportes como un factor que agudizaba la polarización del país. El vicepresidente JD Vance, quien tenía previsto asistir a los eventos en Nueva York, cambió sus planes para viajar a Utah y ofrecer sus condolencias a la familia de Kirk, un gesto que subraya el impacto del asesinato en la agenda política nacional.