Este endurecimiento se ve reforzado por el ámbito judicial.

La Corte Suprema levantó una suspensión que impedía a la policía de inmigración (ICE) detener a personas en Los Ángeles basándose únicamente en factores como el idioma o la apariencia étnica, lo que el gobernador de California, Gavin Newsom, calificó como un “desfile de terror racial”. Además, el gobierno ha anunciado planes para enviar agentes a “ciudades santuario” como Chicago y Boston, y ha reforzado físicamente la frontera con México con más alambre de navajas y un segundo muro en tramos de Nuevo México, medidas que activistas califican de “inhumanas” y “crueles”.