Hyundai aseguró estar cooperando con las autoridades.

El mismo día, en Cato, Nueva York, otra redada en la planta Nutrition Bar Confectioners resultó en la detención de decenas de trabajadores. La gobernadora demócrata Kathy Hochul condenó enérgicamente la operación, afirmando que “no hará que Nueva York sea un lugar más seguro” y que “destrozará a familias trabajadoras que simplemente están tratando de construir una vida aquí”. Según la mandataria, entre los arrestados había padres de al menos una docena de niños. El propietario de la empresa, Mark Schmidt, defendió a sus empleados, asegurando al New York Times que “todos contaban con documentación legal” para trabajar en Estados Unidos. Su hijo, Lenny Schmidt, calificó la redada de “casi teatral” por la presencia de perros policía y vehículos todoterreno, criticando que “podría haberse manejado de forma mucho más humana y decente”.