Según los abogados de los niños, de entre 10 y 16 años, la administración violó el derecho a solicitar asilo. En respuesta a la situación, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, declaró que su gobierno está preparado para recibir a los menores deportados, afirmando: “Recibiremos a todos los niños no acompañados que puedan regresar por orden judicial o de manera voluntaria”. Arévalo realizó estas declaraciones tras la visita de su ministro de Relaciones Exteriores a centros de detención en Estados Unidos, de donde regresó “muy preocupado” por el estado de los niños. La medida de la Casa Blanca había sido criticada por defensores de los derechos de los inmigrantes, quienes denunciaron que se estaba negando a los menores la oportunidad de presentar sus casos de asilo.