Por su parte, el presidente chino no respondió directamente a las acusaciones, pero en declaraciones recogidas por medios, reafirmó la solidez de las relaciones con Rusia, describiéndolas como un ejemplo de “buena vecindad duradera, una coordinación estratégica integral y una cooperación mutuamente beneficiosa”. Las palabras de Trump han sido interpretadas como una provocación que podría profundizar las fricciones diplomáticas entre Washington y las potencias orientales, en un momento en que China exhibía su poderío militar, incluyendo el misil balístico intercontinental DF-5C.