Esta acción ha profundizado las divisiones, incluso dentro del Partido Republicano.

La senadora republicana Susan Collins advirtió que “cualquier intento de rescindir fondos sin aprobación del Congreso es una clara violación de la ley”. Por su parte, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, denunció que Trump y los republicanos están “empeñados en rechazar el bipartidismo y actuar por su cuenta”, lo que complica la negociación para aprobar el financiamiento federal, que requiere 60 votos en el Senado y, por tanto, un pacto entre ambos partidos. A esta pugna se suman otros frentes de batalla, como la presión bipartidista para que el Departamento de Justicia libere los archivos del caso de Jeffrey Epstein y los enfrentamientos por la confirmación de los nominados de Trump a cargos de subgabinete. Los republicanos en el Senado preparan la “opción nuclear” para acelerar dichas confirmaciones, mientras los demócratas denuncian un bloqueo a candidatos que consideran “históricamente malos”.