Críticos advierten que estas restricciones podrían tener un impacto negativo significativo, desincentivando a estudiantes y académicos talentosos de elegir Estados Unidos para su formación e investigación. Además, señalan que podría afectar la economía del país, que se beneficia de las contribuciones de los estudiantes internacionales, y limitar la capacidad de los periodistas extranjeros para cubrir eventos de larga duración.