Los abogados de Monarez afirmaron en un comunicado que ella “optó por salvaguardar al público en lugar de servir a una agenda política.

Por eso la han atacado”. Tras el anuncio inicial del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) sobre su salida, al menos cuatro funcionarios de alto rango de los CDC presentaron su renuncia, citando preocupación por los recortes en la entidad y la politización de la salud pública. La Casa Blanca, por su parte, ofreció una versión diferente, afirmando a través de un portavoz que Monarez “fue despedida porque no dimitió después de haberle informado al liderazgo del HHS sobre su intención de hacerlo”, subrayando su oposición al gobierno de Donald Trump. La situación ha sumido a la agencia en un estado de caos, con organizaciones médicas advirtiendo sobre un manejo incierto de la salud pública en el país.