Lisa Cook, la primera mujer afroamericana en la junta de gobernadores de la Fed, fue nombrada por Joe Biden en 2022 y su mandato se extendía hasta 2038. En respuesta a su destitución, Cook declaró a través de su abogado: “No existe causa legal para que el presidente me despida.

No renunciaré”.

Su equipo legal anunció que presentará una demanda para impugnar lo que consideran una “acción ilegal”.

La Ley de la Reserva Federal estipula que un gobernador solo puede ser removido “por causa justificada”, pero nunca antes un presidente había utilizado esta facultad. Expertos como Peter Conti-Brown de la Universidad de Pensilvania señalan que los hechos ocurrieron antes de su nombramiento y ya eran de conocimiento público durante su confirmación en el Senado, lo que debilita el argumento de “causa justificada”. La decisión de Trump es vista como un intento de aumentar su influencia sobre la Fed, con la que ha tenido tensiones por la política de tasas de interés. La salida de Cook le permitiría nombrar a su cuarto miembro en la junta de siete gobernadores, consolidando su control sobre el organismo encargado de la política monetaria del país.