Esto obligaría a muchos a solicitar extensiones con mayor frecuencia, añadiendo costos, burocracia e incertidumbre a sus planes.

El gobierno argumenta que la medida es necesaria para mejorar la supervisión y la seguridad nacional. Sin embargo, universidades y asociaciones educativas han advertido que estas restricciones podrían disuadir a estudiantes e investigadores internacionales de elegir Estados Unidos, afectando negativamente la innovación y la economía del país. La medida es vista como parte de una estrategia más amplia de la administración para limitar tanto la inmigración legal como la ilegal.