El diseño se inspira en un despliegue similar en Los Ángeles, donde el DHS aseguró haber realizado 5.000 arrestos desde junio.

El zar de la frontera de la Casa Blanca, Tom Homan, confirmó que la planificación sigue activa y se evalúa usar una base naval como centro logístico. El presidente Trump ha justificado la posible intervención federal en Chicago por considerar la seguridad en la ciudad como “un desastre”. Sin embargo, el gobernador de Illinois, J. B. Pritzker, ha calificado el plan como inconstitucional y acusó a Trump de ser “un dictador” que busca “militarizar nuestras ciudades”. Pritzker denunció una falta total de coordinación, afirmando que ni su oficina ni la alcaldía de Chicago fueron notificadas. Expertos legales también advierten sobre posibles controversias relacionadas con la Ley Posse Comitatus, que restringe el uso de fuerzas militares para tareas de orden público a nivel nacional. La medida representa una nueva escalada en la pugna entre la Casa Blanca y las ciudades demócratas con políticas de santuario.