Su abogado, Abbe David Lowell, anunció que tomarán “todas las medidas necesarias para evitar su intento de acción ilegal”.

La Ley de la Reserva Federal de 1913 estipula que los gobernadores solo pueden ser removidos “por causa justificada”, un estándar que nunca antes había sido invocado por un presidente para despedir a un miembro en funciones. La decisión se enmarca en las constantes críticas de Trump hacia la Fed y su presidente, Jerome Powell, por no reducir las tasas de interés. La salida de Cook le permitiría a Trump nombrar a su cuarto miembro en la junta de siete gobernadores, consolidando su influencia sobre el organismo. La medida provocó una reacción inmediata en los mercados financieros y ha sido calificada por expertos como un ataque directo a la independencia del banco central, un principio considerado fundamental para la estabilidad económica.