Además, las autoridades migratorias analizarán las opiniones expresadas por los solicitantes, incluso en redes sociales, para detectar sentimientos “antiestadounidenses” o la promoción de “ideologías antisemitas”.

Un portavoz de USCIS declaró que “la ciudadanía estadounidense es el estándar de oro” y “solo debería ofrecerse a lo mejor de lo mejor del mundo”. La administración argumenta que la medida busca “restaurar la integridad” del sistema migratorio.

Sin embargo, defensores de los derechos de los inmigrantes y académicos han advertido que el uso de criterios tan subjetivos podría generar decisiones arbitrarias y discriminatorias.

El académico Gabriel Chin señaló que, bajo este nuevo umbral, muchos ciudadanos nacidos en Estados Unidos no podrían obtener la ciudadanía si tuvieran que pasar por el mismo proceso.

Esta política se enmarca en un conjunto más amplio de medidas de la administración Trump para restringir la inmigración legal.