“Quemas una bandera, un año de cárcel”, advirtió el mandatario, aunque dicha sanción no figura explícitamente en el decreto. Durante un evento en el Despacho Oval, Trump defendió sus acciones y sugirió que, aunque sus críticos lo llaman “dictador”, “mucha gente dice: ‘Quizás nos guste un dictador’”, para luego matizar que no lo es. El presidente también ha amenazado con intervenciones similares en ciudades como Chicago y Baltimore, bastiones demócratas, lo que ha sido interpretado por sus opositores como una utilización de la seguridad con fines políticos.