Desde enero, el gobierno ha revocado más del doble de visas que en el mismo período del año anterior, incluyendo casi cuatro veces más visas de estudiante. En paralelo, el secretario de Estado, Marco Rubio, anunció la suspensión de visas para camioneros extranjeros, argumentando que “el creciente número de extranjeros que conducen grandes camiones por las carreteras estadounidenses pone en peligro la vida de los estadounidenses y perjudica el sustento de los camioneros estadounidenses”. Esta decisión se relaciona con la reinstauración de la norma que exige a los conductores comerciales demostrar un dominio funcional del inglés para operar en el país, una política que ya ha resultado en el retiro de circulación de al menos 3.000 camioneros en los últimos dos meses. Estas políticas reflejan un endurecimiento general de los controles migratorios que afectan tanto a indocumentados como a residentes legales.