La administración de Donald Trump ha implementado una drástica política de control migratorio que incluye la revisión continua de más de 55 millones de visas ya emitidas y la suspensión inmediata de nuevos permisos de trabajo para camioneros extranjeros. Estas medidas, justificadas por razones de seguridad nacional y protección del empleo local, han generado incertidumbre entre millones de extranjeros y temor por un posible impacto económico. El Departamento de Estado confirmó que todos los titulares de visas están sujetos a una “investigación continua” para detectar cualquier infracción a las leyes de inmigración o indicios de inelegibilidad.
Según un portavoz, si se encuentra información que demuestre que un titular ya no cumple con los requisitos, “su visa podrá ser revocada y, si aún se encuentra en Estados Unidos, puede iniciar un proceso de deportación”.
Esta revisión exhaustiva incluye registros policiales y cualquier otra información que surja después de la emisión del documento. Paralelamente, el secretario de Estado, Marco Rubio, anunció la suspensión “con efecto inmediato” de la emisión de visas de trabajo para conductores de camiones comerciales. Rubio argumentó que “el creciente número de extranjeros que conducen grandes camiones por las carreteras estadounidenses pone en peligro la vida de los estadounidenses y perjudica el sustento de los camioneros estadounidenses”. Esta decisión se suma a la reinstauración de la norma que exige a los conductores comerciales demostrar dominio del idioma inglés, lo que ya ha resultado en el retiro de circulación de al menos 3.000 camioneros en los últimos meses.
En resumenLa administración Trump ha endurecido su política migratoria con una revisión masiva de 55 millones de visas y la suspensión de permisos para camioneros extranjeros. Estas acciones, enmarcadas en la protección de la seguridad y el empleo, podrían resultar en la revocación de visas y deportaciones a una escala sin precedentes, afectando a millones de personas.