Los opositores denuncian que el nuevo diseño de distritos fragmenta comunidades de votantes negros y latinos, reduciendo su capacidad de elegir a sus representantes, y han anunciado que llevarán el caso a los tribunales. El propio presidente Trump instó públicamente a Abbott a aprobar el mapa “lo antes posible” y ha animado a otros estados con gobernadores republicanos, como Misuri, Indiana y Ohio, a seguir el ejemplo de Texas para asegurar la mayoría en el Congreso. La disputa ha escalado a nivel nacional, con estados de mayoría demócrata como California respondiendo con planes para rediseñar sus propios mapas electorales en un intento de contrarrestar la ventaja republicana.