Bolton, por su parte, ha afirmado ser el objetivo de un complot de asesinato iraní en venganza por la muerte del general Qasem Soleimani, una operación ordenada por Trump durante su primer mandato. La investigación sobre Bolton añade una capa de complejidad a las batallas legales que rodean al círculo íntimo del presidente, en un momento en que las relaciones con antiguos aliados se han vuelto cada vez más hostiles.