La ofensiva diplomática comenzó con una histórica cumbre en Anchorage, Alaska, entre Trump y el presidente ruso Vladímir Putin.
Aunque no se alcanzó un acuerdo definitivo, ambos líderes calificaron el encuentro como "constructivo" y un "paso significativo".
Días después, Trump recibió en la Casa Blanca al presidente ucraniano Volodímir Zelenski y a un contingente de líderes europeos, incluyendo los de Francia, Alemania, Reino Unido y la OTAN. Durante estas reuniones, Trump cambió su enfoque de exigir un alto al fuego inmediato a buscar un "Acuerdo de Paz" completo, argumentando que una simple tregua "a menudo no se sostiene". Los puntos centrales de la negociación son complejos: la posible cesión de territorios como Crimea y el Donbás, la renuncia de Ucrania a su aspiración de unirse a la OTAN y el establecimiento de garantías de seguridad occidentales para Kiev. Trump ha sugerido que Europa, y no Estados Unidos, debería proveer tropas para estas garantías, aunque Washington mantendría un rol de coordinación. Zelenski describió su reunión con Trump como la "mejor" que han tenido, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, expresó su escepticismo sobre las intenciones de Putin, a quien calificó de "depredador".












