La iniciativa, que podría dar a los republicanos cinco escaños adicionales en el Congreso, ha sido denunciada por los demócratas como una manipulación discriminatoria y han anunciado que llevarán el caso a los tribunales. El proyecto de ley avanzó al Senado estatal tras una votación de 88 a 52, superando la resistencia de los legisladores demócratas, quienes semanas antes habían abandonado el estado para romper el quórum y bloquear la votación.
Tras su regreso, se enfrentaron a escoltas policiales para garantizar su presencia.
El nuevo diseño del mapa, ajustado para blindar distritos republicanos, amenaza varios escaños actualmente en manos de demócratas, especialmente aquellos con mayorías latinas y afroamericanas.
La representante Bárbara Gerwin Hawkins calificó el plan de discriminatorio, mientras que Ramón Romero Jr. afirmó que el rediseño les “arrebata nuestras voces”.
El propio Trump había instado al gobernador Greg Abbott a aprobar el mapa “lo antes posible”.
Si el plan se consolida, los republicanos podrían controlar 30 de los 38 escaños de Texas en la Cámara Baja federal. En respuesta, los demócratas en estados como California están acelerando sus propios procesos de redistribución para contrarrestar los esfuerzos republicanos a nivel nacional.