La medida ha sido calificada por los demócratas como un acto de manipulación electoral y ha desencadenado una batalla política que se extenderá a los tribunales.
El proyecto de ley HB4 fue aprobado en la Cámara de Representantes de Texas con 88 votos a favor y 52 en contra, garantizando al Partido Republicano la creación de cinco distritos congresionales adicionales con alta probabilidad de victoria. La redistribución fue solicitada directamente por Trump al gobernador Greg Abbott el 15 de julio, con el objetivo de asegurar la mayoría republicana en la Cámara de Representantes de EE. UU. en las elecciones de mitad de mandato de 2026. La aprobación se produjo a pesar de la resistencia de los legisladores demócratas, quienes abandonaron el estado durante dos semanas para romper el quórum y atraer la atención nacional sobre el tema. A su regreso, intentaron frenar la votación con enmiendas, pero la mayoría republicana las rechazó.
El representante Todd Hunter, autor de la ley, reconoció que el propósito del plan es “mejorar el desempeño político” republicano. Los demócratas, por su parte, denunciaron que el nuevo diseño es discriminatorio, ya que amenaza distritos con mayorías latinas y afroamericanas.
El legislador Ramón Romero Jr.
afirmó que “este rediseño nos quita de la mesa donde ya estábamos, nos arrebata nuestras voces y nos deja en silencio”.
Como respuesta, en California, el gobernador demócrata Gavin Newsom ha convocado a elecciones para aprobar un mapa que podría otorgar a su partido cinco escaños adicionales, contrarrestando directamente la maniobra texana.