La prohibición de las máquinas de votación implicaría un retorno a los sistemas de conteo manual o a tecnologías alternativas, aunque no se han especificado los detalles de su reemplazo. La iniciativa forma parte de un plan más amplio que, según los informes, también incluye la intención de rediseñar el mapa de los distritos electorales y modificar el censo. El objetivo declarado de estas reformas es asegurar un control total del Congreso para el Partido Republicano en su segundo mandato.

La firma de una orden ejecutiva para implementar cambios de esta magnitud en la infraestructura electoral, un área tradicionalmente gestionada a nivel estatal, seguramente enfrentará importantes desafíos legales y una fuerte oposición política. Los críticos argumentan que tales cambios podrían suprimir el voto y socavar la confianza en el proceso democrático, mientras que sus partidarios sostienen que son necesarios para garantizar la integridad de las elecciones.